Si hablo las lenguas de los hombres
y aun de los ángeles,
pero no tengo amor,
no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.
Y si tengo el don de profecía,
y entiendo todos los designios secretos de Dios,
y sé todas las cosas,
y si tengo la fe necesaria para mover montañas,
pero no tengo amor, no soy nada.
Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo,
y aun si entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme,
pero no tengo amor, de nada me sirve.
Tener amor es saber soportar;
es ser bondadoso;
es no tener envidia,
ni ser presumido,
ni orgulloso,
ni grosero,
ni egoísta;
es no enojarse ni guardar rencor;
es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad.
Tener amor es sufrirlo todo,
creerlo todo,
esperarlo todo,
soportarlo todo.