PALABRA DEL APÓSTOL PABLO A LA IGLESIA DE ROMA


Todos deben acatar la autoridad que preside,
Pues toda autoridad procede de Dios
Y las autoridades que existen han sido establecida por Él.

Por tanto,
los que se oponen a la autoridad,
se rebelan contra los que Dios ha dispuesto
y recibirán su merecido.

Los gobernantes, en efecto,
No están para intimidar a los buenos,
Sino a los malos.

¿Aspiras a no tener miedo de la autoridad?
Pues pórtate bien,
y sólo elogios recibirás de ella,
Ya que está al servicio de Dios para hacer el bien.

Pero, si tu portas mal, teme lo peor,
pues no en vano está dotada de poderes eficaces
al servicio de Dios para castigar severamente
a los que hacen el mal.

Es preciso, por tanto, que acatéis la autoridad,
y no solo por miedo al castigo,
sino como un deber de conciencia.

Digase lo mismo de los impuestos que pagáis;
Quienes os los exigen son como representantes de Dios, dedicados precisamente a ese cometido.
Dad a cada uno lo que le corresponda,
lo mismo si se trata de impuestos que de contribuciones,
de respeto que de hombres.
(Romanos 13: 1-10 -
 Traducción Interconfesional)